Un Tahúr en la Ciudad del Arlanzón

Un Tahúr en la Ciudad del Arlanzón
Noche Blanca Burgos 28 de Mayo de 2011

lunes, 27 de mayo de 2013

NOCHE BLANCA 2013

Hola de nuevo, hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí para contaros algo, pero es que, me han pasado tantas cosas últimamente, buenas y no tan buenas, que apenas sabía por donde empezar. Afortunadamente, la magia sigue dándome muchas satisfacciones. En las últimas semanas he tenido actuaciones muy chulas, una de mis favoritas fue la que compartimos varios miembros del círculo en la casa de cultura de Gamonal, creo que todos estuvimos de sobra a la altura. Otra preciosa fue la que realicé en el espectacular escenario del Foro Solidario, pero desde el sábado pasado, mi favorita es la que hice con motivo de la Noche Blanca en el Teatro Principal. Tengo que confesar que durante la semana noté la presión y estaba más nervioso que de costumbre. Un espectáculo individual en el Teatro Principal, como uno de los platos fuertes de la Noche Blanca, entradas agotadas una semana antes, entrevistas para la prensa de Burgos...Me sentía como un torero que va a lidiar 6 vitorinos en Las Ventas. Para complicarlo aún más, se me ocurrió la "feliz" idea de estrenar cosas nuevas y recuperar otras que hace mucho tiempo que no presentaba (sí, eso que luego desaconsejo hacer a todo el mundo) Sorprendentemente, llegado el día me relajé y pude disfrutar antes, durante y después de la actuación. Al comenzar el show, salí como un torbellino, dispuesto a comerme el mundo y...la primera en la frente, el micro que no había dado ningún problema en los ensayos, no funciona. En ese momento supe que todo iba a salir a pedir de boca, pues os juro que el problemilla técnico no me alteró lo más mínimo. Tras solucionarlo, disfruté como un enano de un teatro precioso, lleno de un público mayoritariamente adulto y con ganas de pasarlo bien. Seguro que os ha pasado que hay días en que uno se siente especialmente inspirado, pues este fue uno de ellos. El material nuevo funcionó muy bien, la gente rió con cada broma... En fin, una gozada. Entre el tiempo de recoger las cosas y despedirme de la gente, ya eran casi las 3 de la madrugada cuando me iba para casa empujando el carrito con mi material y pensando lo hermosa que puede ser esta afición, que con apenas unos cuantos trastos y muchas ganas y dedicación (nuestra y de nuestras sufridas familias, ¡que sería de mí sin el apoyo de Cristina y los niños!), te permite hacer pasar un rato estupendo a 600 personas. ¡Hasta pronto!